Los champiñones son los ingredientes más versátiles, con una textura carnosa y un sabor rico y profundo ideal para platos vegetarianos. Cuando están crudos, son elegantes y deliciosos; cuando se cocinan, se vuelven sustanciales. Son tan bienvenidos en una tortilla francesa clásica como en un salteado asiático. Los champiñones también son una ganga nutricional. Dos onzas de champiñones blancos en rodajas, aproximadamente una taza, contienen solo 15 calorías y se encuentran entre las mejores fuentes dietéticas de vitaminas B. Lo mejor de todo es que hay tantos platos de champiñones para probar. Esta tortilla salada es ideal para la cena o el brunch. Si lo hago para dos, preparo una tortilla grande en una sartén de 10 pulgadas. Es tan fácil como hacer dos tortillas individuales y ambas porciones están listas al mismo tiempo.
2 cucharadas más 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra
1 chalota, picada
1/4 libra de champiñones blancos o cremini, enjuagados brevemente y secados
Sal
pimienta recién molida al gusto
1 a 2 dientes de ajo (al gusto), picados
2 cucharaditas de perejil de hoja plana picado
4 huevos
1 cucharada de cebollín picado
2 cucharaditas de leche baja en grasa
3 cucharadas de queso gruyere rallado
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