El colirrábano, con su textura crujiente, es una agradable sorpresa cortado en cubitos en esta salsa de tomate. Va bien con papas fritas, nachos, tacos y quesadillas, o con pescado y pollo. Durante el último mes, he sido invitado en el blog Motherlode de Gourmetiste, ayudando a Renee Ruder y su familia en Bend, Oregon, a poner más comidas vegetarianas en la mesa utilizando los productos que reciben en su canasta de agricultura apoyada por la comunidad cada semana. Recibió colinabo una semana y no sabía qué hacer con él. Tenía algunas sugerencias sobre cómo usar la verdura en los platos principales y ahora se me ocurrió una forma de usarla en un acompañamiento. El colinabo tiene una textura crujiente muy parecida a la de la jícama, con un agradable sabor a crucíferas. Esta salsa fresca sería bienvenida con casi cualquier tostada, nacho o taco, con papas fritas o como condimento con pescado o pollo.
1/4 taza de cebolla roja o blanca finamente picada
1/2 colinabo mediano (alrededor de 1/2 libra), cortado en dados pequeños (1 taza)
1 libra de tomates maduros, cortados en cubitos (2 tazas)
1 a 2 chiles serranos o jalapeños (o más, al gusto), picados
1/4 a 1/2 taza de cilantro picado (al gusto)
1 a 2 cucharadas de jugo de limón fresco (al gusto)
Sal al gusto
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