Esta tarta simple, no demasiado dulce, recuerda a una tarta de queso pero con una proporción más alta de corteza a relleno. Si tiene una excelente fruta madura, siéntase libre de colocarla encima: bayas, higos, ruibarbo o peras escalfados, piña, ciruelas: cualquier cosa dulce y jugosa contrastará muy bien con el relleno lechoso de ricota. O simplemente rocíe la tarta con miel sabrosa y sírvala sola. Es una manera elegante de terminar una comida.
Si no eres fanático de las semillas de amapola, simplemente déjalas fuera de la corteza. O sustituya las semillas de sésamo por un crujido similar, si tiene un sabor diferente.
1 1/2 tazas/185 gramos de harina para todo uso
1/2 taza/50 gramos de almendras laminadas blanqueadas
1/3 taza/40 gramos de azúcar glas
ralladura de 1 limón
Una pizca de sal kosher
1/2 taza/113 gramos/1 barra de mantequilla sin sal, fría y en cubos
1 huevo grande, ligeramente batido
1 cucharada/10 gramos de semillas de amapola
1/4 taza/55 gramos de mascarpone
1/4 taza/50 gramos de azúcar
1/8 de cucharadita/1 gramo de canela
1 3/4 tazas/400 gramos de ricota
1 huevo grande más 1 clara de huevo grande
1 cucharadita/5 mililitros de miel buena y fuerte, más para rociar (opcional)
1/8 de cucharadita/1 gramo de sal kosher
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