La pasta de harissa, el condimento de chile picante de Túnez, es un artículo de despensa súper versátil. Téngalo a mano para crear salsas rápidas entre semana que tengan un gran impacto. Aquí, la harissa comprada en la tienda se refuerza con cebolla y ajo salteados, luego se ilumina con cilantro alimonado y perejil fresco. El puré de garbanzos agrega textura y equilibra la salsa picante y ácida. El cuscús y el orzo son acompañamientos simples para servir con esta comida; si tiene tiempo extra, la calabaza asada o la coliflor al vapor también son excelentes acompañamientos. La salsa harissa que sobró es un excelente aderezo para el bacalao o el salmón asados, o utilícela como una vinagreta tibia para aderezar una simple ensalada verde. Si lo desea, puede usar pechugas o muslos deshuesados, pero vigílelos. Se cocinarán en 20 a 30 minutos.
2 1/2 libras de pechugas de pollo con piel y hueso
6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
sal y pimienta kosher
1/2 taza de cebolla finamente picada
1 cucharadita de ajo picado
2 cucharadas de pasta de harissa, más al gusto
1 cucharada de semillas de cilantro, trituradas con un mortero y una maja, o 1 1/2 cucharaditas de cilantro molido
1 lata (15.5 onzas) de garbanzos, enjuagados y escurridos
2 cucharadas de jugo de limón fresco (de aproximadamente 1/2 limón)
1/4 taza de perejil picado grueso
Keywords: pechuga de pollo, garbanzos, semillas de cilantro, harissa, otoño, primavera, invierno