Esta carbonara cargada de espinacas se desvía del estándar al eliminar dos de sus ingredientes principales: las yemas de huevo cremosas, que crean su textura sedosa, y la carne curada, que brinda su sabor salado. Esta versión sin huevo utiliza una combinación de mantequilla y agua de cocción de pasta con almidón para darle cuerpo a la salsa. Una pizca de Provolone ahumado rallado o Gouda agrega un poco del sabor terroso que tradicionalmente proviene de la guanciale o la panceta. ¿El golpe final? Agregar verduras: una libra entera de espinacas tiernas puede parecer una cantidad gigantesca, pero se marchita directamente en la pasta. Lo más importante, no sea tímido con la pimienta negra: agrega una dosis necesaria de especias y calor.