¿Hay una verdura de tamaño más perfecto para dos personas que una sola cabeza de achicoria? No mucho más grande que una pelota de béisbol y maravillosamente amarga, la achicoria tiene un sabor de otro mundo cuando se chamusca brevemente en una sartén, ganando un sabor a col rizada tostada mientras mantiene la mayor parte de su crujido. Un queso blando funky y de sabor fuerte como Camembert o taleggio se derrite maravillosamente en la sartén caliente y, con un poco de vinagre de jerez y miel, crea un aderezo improvisado. Esta receta fácil pero lujosa demuestra que no necesitas mucho para un aperitivo estelar: solo una sartén, algunos ingredientes y un trozo de pan crujiente para absorber los jugos salados y agridulces.