Si bien la mayoría de las galletas de calabaza se tuercen, estas barras son tan ricas y masticables como el centro de una galleta con chispas de chocolate. Para contrarrestar la humedad añadida del puré de calabaza, esta receta tiene algunos trucos bajo la manga: para empezar, elimina por completo los huevos. Dorar la mantequilla cumple una doble función, elimina el agua y le da a la masa un sabor más profundo con notas de nuez. Hornear las barras a baja temperatura mantiene los bordes suaves, lo que da como resultado una textura de galleta increíblemente masticable con un cálido sabor a especias de calabaza y bolsillos de chocolate fundido.
3/4 taza/170 gramos de mantequilla sin sal (1 1/2 barras)
Aerosol antiadherente para cocinar o aceite neutro
1 3/4 tazas/385 gramos de azúcar morena clara empacada
3/4 taza/170 gramos de puré de calabaza enlatado (no relleno de pastel de calabaza)
2 cucharaditas de extracto de vainilla
2 1/2 tazas/320 gramos de harina para todo uso
2 cucharaditas de canela molida
1 cucharadita de polvo de hornear
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de sal kosher (como Diamond Crystal)
1 cucharadita de jengibre molido
1/4 cucharadita de clavo molido
1/4 cucharadita de nuez moscada molida
1 1/2 tazas/9 onzas de chispas de chocolate agridulce o semidulce
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